viernes, 18 de noviembre de 2011

WALT DISNEY - 8: El Fin de la Familia Disney

Tras la muerte de Walt Disney, el mando de la compañía fue tomado por su hermano Roy O. Disney



Había sido co-fundador de los Estudios Disney, y de hecho era quien llevaba las finanzas de la empresa, pero Walt le compró la mayoría de acciones en 1929, Roy no era co-productor de las obras de Walt. Así que a diferencia de los Hermanos Fleischer, en este caso no podemos hablar de Los Hermanos Disney como creadores de un imperio de la animación.

Roy tenía 73 años, y quería jubilarse, pero antes de nada se dedicó a llevar a puerto los últimos proyectos de su hermano: El Libro de la Selva,   Winnie the Pooh and the Blustery Day y el Life Action The Happiest Millionaire, y desde luego la construcción de Disneyworld, planteado como monumento a la memoria de Walt Disney 



Roy siguió con la producción de comedias de Imagen Real como Harvey (1968) y The Computer Wore Tennis Shoes (1969), con Kurt Russell



En 1970, Don Bluth, que había trabajado como animador en La Bella Durmiente, 101 Dálmatas, y Merlín el Encantador, volvió como animador de Los Aristogatos (1970),





Seguido del híbrido de Imagen Real La Bruja Novata (1971)



En cuanto el parque de Disney World abrió en 1971, Roy Disney se jubiló, y poco después murió de un infarto cerebral. Roy Disney si tiene tumba, en el cementerio de Hollywood Hills.

Tras la muerte de Roy, la productora fue llevada por una junta directiva liderada por Donn Tatum, uno de los miembros de la junta era Roy E. Disney, hijo de Roy O.



Roy E. se había dedicado a producir los cortos de True Life Adventures, y formó parte de la junta desde que su padre había subido al poder, hecho por el qual lo considerarían "El Enchufao de Turno" .  La junta directiva iba a su antojo.

Produjeron la película de animación Robin Hood (1973),



Pero sobretodo se dedicaron a las producciones familiares como  Escape to Witch Mountain (1975) y Freaky Friday (1976)



Don Bluth siguió como animador en producciones ligeras como The Many Adventures of Winnie the Poo (1977),



y el Híbrido de Imagen Real Pete y el Dragón Elliott (1977),



y dirigió al fin Los Rescatadores (1977),






 finalmente Roy E. debió dejar la empresa en 1977, tal como él dijo:

Creativamente pensé que la productora no iba a ningun lado. Me sentía  sofocado.

Roy E. Disney fue el último miembro de la Familia Disney en llevar la empresa. En cuanto a Don Bluth, en 1978, tras el corto The Small One,








encontró que la junta directiva no estaba planteándose bien la productora y que las animaciones estaban perdiendo su encanto, por lo que tras una serie de discusiones con la junta directiva de Disney, dejó a medias la producción de Todd y Tobby y en 1979, junto con algunos de sus animadores como Gary Goldman y John Pomeroy fundó los estudios Don Bluth Productions. Su intención era convertirse en la competenica de Disney, para lo que se pusieron a trabajar en el largometraje de bajo presupuesto El Secreto de NIHM (1982),

Disney quiso probar la producción de películas catalogadas como "Menores Acompañados", comenzando en 1979 por Take Down y The Black Hole, aprovechando la moda de Star Wars



y la coproducción con Paramount del Life Action de Popeye, que fue masacrado por la crítica.

En 1980 Donn Tatum dejó la presidencia de Disney y esta recayó en Card Walker, quien se centraría más en la gestión de los parques temáticos, en 1978 habían comenzado la construcción de EPCOT, . También creó la distribuidora Walt Disney Home Video, para hacerse un hueco en el incipiente mercado del vídeo.



Volvieron a provar con Paramount la co-producción de Dragonslayer (1981), una película mucho más madura de lo que Disney acostumbraba a realizar, pero fue un desastre en taquilla.


Dragonslayer from Esther Pascual on Vimeo.

Finalmente estrenaron Todd y Tobby (1981), que funcionó bien.




Pero ahora que habían perdido a Don Bluth y que la animación japonesa estaba entrando en su Edad de Oro, la supervivencia de los largometrajes animados Disney estaba comprometida, además, al tener pocos beneficios bajó su valor en bolsa, y su biblioteca de propiedades intelectuales se volvió una delicatessen para especuladores e inversores, dispuestos a comprar la productora para desmantelarla y revender sus derechos a los 4 vientos.

Mickey Mouse ya no era el hijo predilecto de un productor genial, ni Walt Disney Productions era ya un Imperio Dinástico, ahora era un producto más del capitalismo neo-liberal.

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